Ruslan Kuchity 

Traducido por Ricardo Pazos 

Las tradiciones y costumbres de Osetia están profundamente arraigadas en siglos pasados, muchas a los tiempos de escitas y alanos. Dentro de las culturas de las naciones caucásicas del Norte, los osetinos, acostumbrados al modo patriarcal de vivir, eran capaces de, hasta cierto punto, salvaguardar la lengua, cultura, religión, y tradiciones a su original manera. Este era en parte el efecto del aislamiento durante mucho tiempo en las montañas después de las incursiones de los mongoles y de Timur. Aunque hubiera relaciones cercanas con otras naciones vecinas, ya que había siempre una proximidad territorial, los osetinos todavía lograron conservar el “Farn” de sus antepasados y su sentido espiritual.  

Cuando la gente habla de las tradiciones de Osetia y de su cultura, siempre comienza con la descripción de muchas fiestas culturales, y los elementos “del protocolo de mesa”. Éstos son factores importantes, pero hay unos elementos aún con mayor importancia. Éstos son el mundo espiritual de los osetinos, las normas de comportamiento y reglas de interrelación con el ambiente social. Comenzaremos con esto…  

Estándares Tradicionales de Comportamiento para los Osetinos en la Sociedad.  

Como es sabido ya, las instituciones reguladas por el gobierno y judiciales han aparecido en la vida osetina hace sólo un par de cientos de años. Y para ser precisos, ahora mismo no son tomados tan en serio como los toman las naciones de la Europa Occidental. 

A lo largo de muchos siglos hubo otras reglas consuetudinarias de comportamiento para un montañés, también llamadas las leyes del honor. En la lengua rusa también los llaman “adaty”. Aquellas reglas eran muy eficientes. Ellos no carecieron de la igualdad democrática y social. 

Había un órgano eficaz de consulta de los mayores - Nyhas (literalmente significa "conversación") en cada una de las sociedades de las regiones montañosas. Un asunto más discutible era debatido con la justicia pública-Tarkhon, donde sólo los mayores más sabios y más conocidos participaban en la toma de decisiones. El Nyhas jugó un papel muy importante en la vida social de los osetinos a lo largo de muchos años. 

En el Nyhas, los mayores tomaban sus asientos de forma estricta en función de su vejez. De frente a la gente del Nyhas-el segundo lugar de la izquierda estaba destinado para el hombre más mayor - un presidente. Los “vicepresidentes” del Nyhas se sentaban a la derecha del presidente. El resto de hombres tomaban sus sitios según su edad, comenzando por el lado izquierdo. 

Junto con los mayores, había muchas personas más jóvenes en el Nyhas, sin embargo ninguno de ellos tenía el derecho a sentarse con los mayores, y por lo tanto todos estaban de pie en el lado izquierdo, al final. Muchas personas jóvenes estaban interesadas en las historias que los mayores contarían, de ahí que en el Nyhas no sólo se tomaban decisiones, sino también se contaban las historias y las noticias (en osetino “habartta”) del día. 

El Nyhas en el pasado era una organización natal en la cual todos tenían el derecho a hablar. El presidente también podría dar el derecho a hablar a la gente más joven, cuando fuera realmente necesario. Un hombre más joven avanzaría, entonces los mayores podrían verlo y oírlo muy bien y hablarían sobre lo que le habían preguntado. El joven hablaba de forma clara y sólo sobre la pregunta que interesaba a los mayores, y acto seguido tomaba el lugar donde solía estar, de pie entre otra gente joven. Es deber decir que en el Nyhas, la gente más joven sobre todo aprendía de los mayores el arte de comunicación, discurso público, relación respetuosa a los mayores, y se familiarizaba con las normas de derechos ordinarios y con la visión del mundo y las ideologías de su nación. El Nyhas era en otras palabras “un parlamento” de naturaleza natal en el cual la formación de la opinión social era de obligado conocimiento para todos los miembros de la sociedad osetina. En el Nyhas tenían que ser solucionados los problemas sociales más importantes. Este era también una institución donde se tomaban decisiones acerca de conflictos con naciones vecinas. 

Los problemas relacionados con el establecimiento de la paz entre los partidos de vendetta, conflictos entre clanes y conflictos entre particulares eran también cuestiones debatidas en el Nyhas. Las decisiones eran tomadas estrictamente según las reglas de la justicia osetina y las tradiciones antiguas. 

Los conceptos de Honor y Dignidad de los osetinos fueron formados dentro de una antigua sociedad preclasista, donde “todos para uno y uno para todos” era la regla principal de la vida. Los intereses privados y de la sociedad eran inseparables. Dentro de aquellas sociedades cada uno era responsable de la sociedad entera, protegiendo su honor y dignidad. Igualmente, la sociedad en sí misma era responsable de cada persona individualmente considerada, protegiéndola con todos sus medios. 

Según la filosofía osetina, la persona puede ser insultada [afkhard] verbalmente o físicamente. Teniendo presente que todo el mundo tenía miedo a ser humillado y deshonrado, casi cada caso de ofensa fue considerado como un insulto grave. Por ejemplo, si alguien golpeaba a un hombre con una vara o un látigo, ellos decían “sólo un perro puede ser disciplinado con una vara”. De este modo, el delincuente igualaba al hombre con un perro, y en respuesta a este insulto grave el delincuente sería condenado a muerte. 

También se insultaría a cualquier osetino si alguien tocara su sombrero, porque el sombrero de un hombre era considerado algo sagrado e intocable. Ellos no se preocupaban por ningún otro elemento de su vestimenta tanto como por sus sombreros. Un montañero podría llevar puesto el cherkesska (abrigo caucásico) o las botas desgastados, pero su sombrero sería caro y tendría buena apariencia. Desde su punto de vista el sombrero era un símbolo de coraje y fuerza. El sombrero era la pertenencia común de los hombres así como un pañuelo para la cabeza era la pertenencia común de las mujeres. Por lo tanto, cuando había alguien que debía estar avergonzado por su comportamiento cobarde, le decían por lo general: “usted no debería llevar puesto un sombrero. Sustitúyalo por un pañuelo”. El sombrero debía ser algo intocable en la cabeza de uno. Romper esta regla podría causar consecuencias imprevisibles. 

Un osetino era también muy sensible e intolerante a alguien que ofendiera verbalmente a su madre, hermana, esposa o unos parientes cercanos difuntos. Tal insulto era casi inevitablemente seguido de un asesinato y venganza. 

Los estándares de la sociedad montañera osetina eran muy fuertes y claros. Ellos enseñaban a todo el mundo a preocuparse más por su honor y su dignidad que su vida y muerte. Cualquier insulto grave debía ser apropiadamente tratado y nadie que se llamara a sí mismo hombre podría dejarlo pasar sin venganza. Porque si lo hacía, él podría cubrirse a sí mismo y al clan entero con la vergüenza durante muchos años. Esto significaba que la sociedad le rebajaría a él y a su familia, y esto se consideraba que era peor que una muerte física.